
Esta exposición ejerce una doble finalidad: por una parte tiene un carácter retrospectivo a una de las obras más importantes del artista, y por otra muestra la nueva instalación creada para la sala Alcalá 31, que es la pieza central.
Para entenderla, debemos entender que se tratan tres conceptos: el tiempo, el juego y el acto de dormir, relacionándolos entre sí.
Al entrar en la exposición, lo primero que se ve, y probablemente lo más iconico de esta, es la pieza central, un enorme laberinto de relojes gigantes que el espectador debe atravesar, viéndose envuelto en la propia obra.
En la planta baja también encontramos una serie de proyecciones en las paredes que nos muestran diferentes vídeos que relacionan el juego con la cultura, por ejemplo, gente jugando al fútbol con un libro, o una carrera de motos en una biblioteca

Y finalmente,a al fondo podremos ver un tetris gigante proyectado en la pared, cuya peculiaridad además su tamaño es que las piezas que debemos encajar son obras de las vanguardias del s XX.
En la segunda planta , dedicada al acto de dormir, se establece una relación entre el dormir y el habitar los espacios asignados al arte, y se proyectan una serie de vídeos
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